¡OJO CON EL SENSACIONALISMO PROFÉTICO!
En estos días he observado que se está poniendo en la palestra el tema del fin de los tiempos, a propósito de las tan famosas profecías de Nostradamus. De hecho, el canal de cable History Channel ha estado emitiendo La Semana Armagedon, especial que ha mostrado programas como El Libro Perdido de Nostradamus y Las Siete Señales del Apocalipsis. Naturalmente estas temáticas despiertan el interés y curiosidad de las personas, mas aun cuando según Nostradamus y el calendario Maya, deberíamos ser testigos de una final apocalíptico en el año 2012. Pero no sólo los gentiles están poniendo fechas apocalípticas, sino que he visto que ciertos cristianos han caído en la tentación de establecer rangos de periodos para la segunda venida de Cristo.
Ante esta controversia que se hará más acalorada e interesante a medida que nos acerquemos al año 2012, me he planteado las siguientes interrogantes: ¿es bíblico andar estableciendo fechas o rangos para los tiempos extremadamente difíciles que profetiza la Biblia?, ¿cuál debería ser mi actitud ante el inminente cumplimiento de las profecías bíblicas?
Pienso que no hay que perder la objetividad, tentación en la que cayeron los cristianos de fines del siglo XIX que auguraban el fin de los tiempos. O en la que cayeron los cristianos que vivieron la segunda guerra mundial -creo que no era muy difícil para las personas de esos tiempos pensar que Hitler era el Anticristo y que estaban viviendo los últimos tiempos- pérdida de objetividad bastante comprensible por el contexto que se debe vivir al estar inmerso en una guerra mundial.
La Biblia es súper clara respecto a la fecha del cumplimiento de los eventos proféticos de los llamados últimos tiempos, ya que lo expresa claramente en Mateo 24:36
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
No obstante, en Mateo en el mismo Capítulo, versículo 32 y 33, señala:
De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.
¿Y cuales son todas estás cosas?. Las que señalan en Mateo, nuevamente Capítulo 24, versículos 3 al 31.
3Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5 Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8 Y todo esto será principio de dolores.
9 Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10 Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11 Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12 y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo; 21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28 Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
En conclusión, si ni siquiera los ángeles saben la hora -quienes en este momento son los que están más cerca de Dios- ¡¿Cómo nosotros comunes mortales, nos tomaremos la potestad de poner fechas?! No obstante, lo que Cristo si nos demanda es estar atentos a las señales de los últimos tiempos, es decir, analizar lo acontecido y lo que está aconteciendo, de manera de estar preparados para su segunda venida.
Es por esto que el tema de las fechas me tiene absolutamente indiferente, pero lo que no me tiene para nada indiferente, es si acaso estoy preparado para la segunda venida de Cristo. Mateo 24:42-44 nuevamente es más claro que el agua:
42 Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43 Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Ufffff… por lo tanto, da lo mismo si las cosas suceden mañana, en una semana más, para el 2012 o el próximo siglo. Lo realmente importante es si acaso estoy velando o no por Cristo… uuuggrrrr.
Pero alguien legítimamente se puede preguntar, ¿si todo lo profetizado sucediese el próximo siglo, que me compete? Bueno, la demanda de velar por Cristo es para todo tiempo, independiente de que no seamos testigos del fin de los tiempos, ya que en 1 Tesalonicences 4: 13-18 señala:
13Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
En suma, Dios nos preguntará: ¿Velaste o no velaste por mi hijo Jesús? Dando lo mismo si somos testigos presenciales de los últimos tiempos, o no.
1 comentario:
Me parece bien interesante el punto que destacas sobre esperar la venida de Cristo: más que fijar fechas, se trata de una actitud de espera constante que nos obliga a reevaluar el curso de nuestra vida en una perspectiva eterna. Se agradece la reflexión sobre un tema que aparece cada vez más vigente. Dios te bendiga.
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