REVOLUCIÓN CARISMÁTICA

A propósito del tema Cristianismo Místico que subí la otra vez, este fin de semana pasado me encontré con el siguiente encabezado de un reportaje de La Tercera:

Los Místicos que cambiaron la manera de rezar en la Iglesia Católica

Oran en lenguas, alaban con cantos alegres, imponen manos, creen en las sanaciones físicas y espirituales, incluyendo los exorcismos. Son los seguidores de los estudiantes norteamericanos que en 1967 revivieron el milagro de Pentecostés. Hoy sus grupos de oración ya congregan a más de 100 mil personas en todo el país y este fin de semana están de fiesta (el que pasó).

Definitivamente estos compadres tienen una manera de vivir la Fe bastante parecido a como se vive en Cenlimi, y no lo digo tan solo por lo que se desprende del reportaje, sino porque personalmente fui testigo de una de sus reuniones (antes de involucrarme fuertemente en Cenlimi) en una Parroquia aledaña a la Plaza Ñuñoa. En esta reunión presencie la imposición de manos y como oraban en lenguas.

Este movimiento esta volviendo locos a todos los tradicionalistas de la Iglesia Católica, pero a pesar de esto siguen ganando adeptos. El reportaje señala que ya hay puntos de desencuentro con los que yo llamo “cúpulas tradicionalistas”, debido al tema de las sanaciones por imposición de manos, ya que la Jerarquía Católica establece toda una burocracia antes de definir un milagro, en cambio los carismáticos simplemente dejan fluir el poder del Espíritu Santo.

No obstante la simpatía que me genera el Movimiento Carismático, me planteo la siguientes interrogantes:

¿Serán absolutamente Cristocéntricos?

¿Estarán concientes de lo equivoco que son algunos dogmas extrabíblicos de la Iglesia Católica?

¿Concordarán en que muchas veces la enseñanza de Fe es negligente, por parte de la cúpula tradicionalista de la Iglesia Católica?.

Bueno, si estas interrogantes son respondidas de forma positiva y si los carismáticos están invitando a las personas a tener una relación personal con Cristo por sobre su tradición religiosa, solo entonces, espero en Dios que la Revolución Carismática dentro de la Iglesia Católica siga en boga.